domingo, 22 de enero de 2012

EN LAS ALTURAS

Fascinante dominio de las nubes,
que gráciles desnudan su etéreas formas,
de raudos tapices de esencia gaseosa
-ilusión de las mágicas alfombras del oriente-;
de mullidas colchas de blanco vaporoso,
 
níveos copos, algodonosos, densos.

Opacos filtros que refunden
los rayos luminosos:
atenuada e imprecisa incandescencia,
ansiada estrella en los confines
de los velos nubelosos que la encubren.

Caudalosos ríos convertidos en hilillos,
geométricas manchas vegetales,
verdes tintes de esperanza,
desérticos retazos amarillos,
extensas heridas de tierra erosionada,
tortuosos caminos que se pierden
hilvanando un paisaje terrenal en miniatura,

Relieves profundos que la lejanía confunde
en un extenso manto sin altura,
cimas majestuosas
que se besan con las nubes,
argénticos penachos congelados,
eterno azul,
sensación frenética inefable
que domina el orbe en las alturas.



LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Del amor, de la razón y los sentidos")

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sábado, 14 de enero de 2012

AL VEHÍCULO DE MI TRÁNSITO TERRENO

El cuerpo en este mundo es mi morada,
vehículo de dichas y dolores,
medio que intima con el quehacer mundano,
y me permite gozar lo intrascendente.

No es instrumento de pecado
-que angustia al puritano-,
es la envoltura perecedera y frágil
que restringe los vuelos del espíritu,
un armazón que se doblega al tiempo
inerme ante el trajín y el sufrimiento.

Instrumento que facilita los gozos de la carne,
que propicia la alegría de los placeres,
que permite catar las glorias materiales
que yo, el espíritu, de otra forma, jamás conocería.

Primitivo, incapaz de la mesura y poco austero,
el cuerpo es medio en que transito lo tangible.
Con él penetro el hedonismo y los excesos
proclives a su ser precipitado,
a su esencia mortal y pasajera
ajustada a este mundo intrascendente.

Que su impulso se agote en la batalla,
que su materia claudique ante el esfuerzo,
que sus sanas intenciones se corrompan,
que sus dudas y sus miedos lo intimiden,
que su ignorancia agrave su soberbia
y sus odios y pasiones lo esclavicen.

Ese es su ser,
el rasgo de este mundo.
Tal la sustancia con que fue creado
tal la materia en que me he albergado.
Materia por la que el espíritu conoce lo corpóreo.
¡Loado seas por tu favor cuerpo imperfecto,
yo te disfruto sin prejuicio alguno!

Adverso es el cuerpo al sacrificio,
propenso en cambio a lo ligero;

diminuta su voluntad -de cara a mi constancia-,
precario su saber –en frente a mi sapiencia-.
Resiste por ello las virtudes que me son innatas,
es su debilidad, no es su vileza,
es su frivolidad,
materia irreflexiva.

Pero el cuerpo en este mundo no es mortaja
para mi ser intemporal -viajero impenitente-.
Cuando fenezca su materia,
llegará el momento en que mi alma anuncie la partida.

Y cuando en la desdicha de su ruina me libere,
-en la última exhalación de su agonía-
retornaré al refugio de lo eterno,
a lo exquisito,
a un paraje sin desgracias ni temores,
a los dominios de todo lo sereno.


LUIS MARÍA MURILLO SARMIENTO ("Este no es mi mundo")

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domingo, 8 de enero de 2012

HOMBRE, ESENCIA MINÚSCULA Y GIGANTE

Lúcida arcilla, que encierras en tu entraña
esencia de deidad y de demonio,
naturaleza minúscula
en la inmensidad del orbe,
brizna al vaivén de la fortuna
-chispa a la vez dominadora-,
amo y señor,
depredador que guarda el universo.

Invención magnífica de Dios -talla de barro-,
perpetuo constructor de sueños e ilusiones,
genio, bohemio, artífice virtuoso,
ingenio innovador, que como un atlas,
carga el apogeo de la Tierra en sus espaldas.

Entendimiento escrutador de lo absoluto,
enredado en los enigmas de la vida.

Espíritu sensible al mimo y al halago,
alma atormentada y despiadada,
con entraña utilitaria o de quijote,
conciencia colmada de dilemas,
al arbitrio del bien, del mal y las pasiones.

Disciernes, odias, amas,
juzgas, perdonas y condenas,
aciertas, te equivocas, yerras.
Trascendente y frívolo,
ruin y generoso
discurres por la vida,
hilando el tramado de la historia,
colonizando el tiempo y el espacio,
cual heredero de Dios
que imagina a su ambición
la creación en su totalidad subordinada.

LUIS MARÍA MURILLO SARMIENTO ("Intermezzo poético")

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