viernes, 17 de agosto de 2012

DON GUILLERMO CANO*

En un país en el que los ciudadanos de bien claudican por cobardía ante criminales y violentos, agigantada se yergue la figura valerosa de don Guillermo Cano.

Bien fundamental es la existencia, pero poco vale sometida a fuerzas que ofenden la razón y los principios.

Inútil fue el triunfo de quienes quisieron acallar su pensamiento: su trágica muerte lo ha engrandecido como paradigma de honestidad y de valor.

Otra sería la suerte de Colombia, si como él, defendiéramos más nuestros principios que la propia vida. Vivir sin dignidad no es más que instinto que ultraja al intelecto.

LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Epistolario periodístico y otros escritos")


* Esta nota escrita hace casi 16 años al conmemorarse 10 años del asesinato del valeroso periodista y publicada en el diario El Espectador el 27 de diciembre de 1996 (pág. 4A) no pierde vigencia, y vuelve a ser de actualidad con la transmisión de la serie televisiva “Escobar, el patrón del mal”, recuerdo de los horrores cometidos por el sanguinario narcotraficante, que hizo a Guillermo Cano, director del Espectador, una de sus víctimas.
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