domingo, 29 de junio de 2008

SOLAMENTE NACÍ PARA SOÑARTE

He perdido la ilusión de poseerte,
eres producto de mis sueños,
en realidad...
no existes.

¡Nací para soñarte!

Te quise delicada y sensitiva
para gozar con tu ternura,
para cambiar mis tristezas
por tu sonrisa
pura y cautivante.

¡Nací para anhelarte!

Soné tu suave tacto,
tu aroma de mujer,
tu palpitante corazón,
tus dulces labios...

¡Nací para quererte!

Quise tu esencia frágil
para brindarle protección
entre mis brazos fuertes;
quise tu genio angelical
para colmarlo
de íntimas ternezas.

¡Nací para adorarte!

Quise que nada pareciera
igual sin tu presencia,
pero del mundo marcharé
sin conocerte.

¡Mi penosa soledad
ya sueña con la muerte!

¡No nací para tenerte!


LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Del amor, de la razón y los sentidos")

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