miércoles, 13 de mayo de 2009

MEDICINA, ¿APOSTOLADO O SACRIFICIO? *

Equivocamos, tal vez, la elección de nuestra profesión, quienes atados a la vocación por un apostolado elegimos la medicina como fuente de un sustento digno. Y habrán de entender las generaciones venideras, que sólo patrocinadas por actividades ajenas a la medicina, podrán dedicar su tiempo al ejercicio de su oficio humanitario.

Descontando los pocos médicos que holgadamente pueden vivir de su trabajo, porque sabiamente han conseguido esquivar el vínculo con las instituciones públicas, muchos son los que en instituciones del Estado (las que reflejan el verdadero estado de la medicina colombiana), cumplen una labor abnegada, sacrificando las comodidades que otro oficio menos exigente pudiera prodigarles; abocados a sueldos de miseria, ni siquiera equiparables al de una secretaria ejecutiva; a jornadas extenuantes, a riesgos médico-legales propiciados por una asistencia mal planeada, en la que es esquivo el presupuesto; a normas del estado que limitan su trabajo, a la desprotección contra los riesgos ocupacionales y cuando no, sometidos a la explotación de cuanto comerciante adivina en los servicios de salud la posibilidad de lucro. Y hasta huérfanos del trato humanitario que su vocación, en cambio, les obliga a prodigar a sus pacientes.

El médico, receptor otrora de las más altas distinciones y consideraciones, hoy debe ver con angustiosa nostalgia, que al ejercicio de su noble apostolado se opone la triste realidad de una profesión llena de riesgos y de responsabilidades como ninguna otra, y sin la recompensa siquiera de una vida digna.

Despreciado por gobiernos anteriores, el médico como supremo conocedor y orientador de las políticas de salud, hoy por fortuna advierte el acertado nombramiento del reconocido intensivista Alonso Gómez Duque como Ministro de Salud, designación que llena de agrado y esperanza a sus colegas, al intuir en su designación el renacer de una ilusión que devuelva a la salud y al médico la importancia que ha de tener en toda comunidad sensata.


LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Epistolario periodístico y otros escritos")

* En el periódico colombiano El Espectador fue publicada esta epístola, el 14 de octubre de 1994 (pág. 4A). Varios ministros han pasado desde entonces por esa cartera, que terminó por fusionarse con la de Trabajo en el ministerio de Protección Social. Creo que ya no se añora la medicina de antaño, no porque haya retomado sus viejos ideales, sino porque paulatinamente van desapareciendo quienes la practicaron. Las nuevas generaciones de médicos no pueden extrañar lo que nunca conocieron. Hoy las leyes del mercado dirigen la salud; por eso nos corrigen cuando hablamos de pacientes: la designación correcta es la de clientes.

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