viernes, 25 de diciembre de 2009

UN MÉDICO EJEMPLAR *

La riqueza del doctor Jaime Ruiz Carrillo no era aquélla que pretendían quienes lo secuestraron. Ensimismados con un rescate fabuloso, aquéllos seres infames que le arrebataron su libertad, no pudieron tener de él, como nosotros, el conocimiento de su riqueza espiritual, de su existencia noble, de la grandeza de su corazón, de la abnegación por sus pacientes, de la dedicación a sus discípulos y del trato amable y respetuoso hacia sus semejantes.

Nos duele profundamente a quienes de él recibimos sus lecciones, su atroz asesinato, el martirio que su humanidad enferma jamás imaginó como retribución al desprendido ejercicio de su profesión.

Mientras la vida de sus asesinos corrompe la tierra de la que son su expresión más fútil y menos trascendente, la existencia de hombres nobles, como el doctor Ruiz Carrillo, se transmuta, pero jamás se desvanece, porque trasciende a través de la grata reminiscencia de su obra y del cariño de sus semejantes. ¿De sus asesinos, quien siquiera llorará su muerte?


LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Epistolario periodístico y otros escritos")

* Esta nota fue publicada hace 14 años en el diario colombiano El Espectador (octubre 17 de 1995, pág. 4A) y se refería al secuestro y posterior asesinato de un afamado ginecólogo y profesor universitario de la facultad de medicina de la Universidad del Rosario por los subversivos de las Farc. Ni el cáncer avanzado que padecía valió su compasión. Tantos años después, el país sigue presenciando su barbarie. Aunque mermadas, lo poco que queda de ellas sigue mostrando su instinto asesino. Así su última ‘hazaña’, conocida mundialmente, fue el degollamiento del gobernador del departamento de Caquetá, Luis Francisco Cuéllar.

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