viernes, 6 de septiembre de 2013

CARTA LXIV: TU EXPLICACIÓN ME BASTA

Noviembre 24

Mi amor:

No te esfuerces en reunir pruebas que no te estoy pidiendo. Lo justo es confiar en tus palabras. Una noche te quedaste con Amalia y otra con Eunice. Esa explicación me basta. También acepto que la buena compañía que mencionó la inquilina es la patota de compañeras de estudios que viven en tu barrio.

Conozco el valor de la libertad y le rindo culto como nadie. No permitiría que me controlen, ni osaría jamás arrebatar su independencia a alguien. Estarás a mi lado sin presiones, mientras ese sea tu anhelo, mientras mi compañía recibas con agrado, mientras sea fuente de placer y de momentos gratos. Eres libre para volar, para actuar sin permiso, para soltar a tu voluntad las riendas, a la luz del día, sin ocultarte, sin disimulos ni mentiras.

Creo haber encontrado en tu corazón el mejor de los rincones. Allí quiero permanecer por siempre. No pretendo que tu amor con mi rigor se espante. Ese convencimiento me distingue de los hombres corrientes que llegan a tu vida.


Luis María Murillo Sarmiento ("Cartas a una amante")

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