domingo, 9 de mayo de 2010

MEGALOMANÍA DE UNA DESCERTIFICACIÓN *

Asiste a los Estados Unidos todo su derecho para ofrecer y retirar ayudas a gobiernos extranjeros, para abrir o cerrar sus mercados a los competidores, para fijar sus políticas arancelarias, para cerrar sus fronteras a ciudadanos indeseables, para determinar su inversión en el extranjero, mas no para juzgar y condenar al mundo en el caprichoso ejercicio de una autoridad que nadie les ha conferido. Megalomanía de una nación afectada por un alto consumo de alucinógenos, ridícula pretensión que ha llegado en el caso particular que nos ocupa, al extremo de avergonzar ante el mundo a una nación amiga, trato injusto e indigno que desborda todas las consideraciones de la diplomacia y que consigue a cambio atenuar en gran medida la simpatía que muchos colombianos hemos tenido hacia esa gran nación americana.

Enfrentado por el país el absurdo proceso de la certificación con más altivez y dignidad, menos penosa hubiese sido la decisión para Colombia, porque tan censurable como la actitud de los Estados Unidos, fue en Colombia, la de quienes con su súplicas la alimentaron, lastimando el orgullo y la soberanía de la nación.

Ojalá aprenda Colombia a actuar por fidelidad y apego a sus principios y no por temor a sanciones de quienes moralmente no tienen competencia para imponerlas.


LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Epistolario periodístico y otros escritos")

* Los diarios colombianos El Espectador (marzo 9 de 1996, pág. 4A) y El Tiempo (marzo 12 de 1996, pág. 4A) publicaron esta nota. Eran los tiempos en que el gobierno colombiano no era bien visto por el norteamericano por el ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña presidencial de Ernesto Samper, quien dirigió los destinos de Colombia de 1994 a 1998. Con los cambios de gobierno y las sucesivas administraciones de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, el país suramericano y Estados Unidos estrecharon sus vínculos y Colombia no fue más descertificada. Pese a la admiración que el autor sigue profesando por la nación del norte, se mantiene en el criterio de que ningún país puede ser el juez del universo.


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