viernes, 31 de agosto de 2012

CARTA LXIII: TUS ESTUDIOS Y MIS CELOS

Noviembre 23

Paolita:

Estaba ayer tan cerca de la escuela, que no dudé que unos minutos compartiría contigo. Dijiste que no, y tuve que aceptarlo; pero aún no entiendo porque evitabas que te recogiera. Aunque insististe en que se haría tarde para mi compromiso, la verdad es que el tiempo me sobraba.

Resulta inevitable acordarme de aquellos primeros días en que pasaba por ti, y tu oronda te subías al carro, con ínfulas de gente adinerada, envidiada por tus compañeras que debían aguantar el frío en una esquina oscura, hasta que un bus repleto las llevara. ¿Es que hoy prefieres soportar con tus amigas la tortura del transporte público?

Está bien que te reúnas con ellas a estudiar, aun hasta altas horas de la noche, pero me preocupa que con la inseguridad de esta ciudad llegues tan tarde a casa. Ayer por ejemplo llamé hasta la media noche y lo más atento que conseguí fue un perverso comentario. Molesta tu vecina con el timbre del teléfono me dijo:”No es la primera vez que llega tarde, hay noches que ni viene, además no se preocupe que siempre vuelve bien acompañada”

No suelo ser hombre celoso, pero no puedo negar que al escuchar esa respuesta mi corazón dio un vuelco. No inda-gué más porque mientras medité si preguntar valía la pena la señora me tiró el teléfono.

¿Qué tienes tú para contarme?

Luis María Murillo Sarmiento ("Cartas a una amante")

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viernes, 24 de agosto de 2012

CARTAGENA AUSENTE

De luceros pletórica
la noche ve avanzar
un idílico carruaje,
hiriendo a golpes el silencio
en trote acompasado.

Su paso revive la historia
atrapada en el fortín de piedra,
la nostalgia aviva
el poder seductor de los balcones,
y la fragancia de amor
de la estrechas calles.

Una silueta inconfundible
- claroscuro de la noche -
la mente guarda
de cúpulas, murallas y baluartes,
un recuerdo el corazón
del nostálgico murmullo de las ola:,
mi lamento de amor
perdido en la distancia.

A la media luz de las velas,
en el fragor del plenilunio,
los argénteos rayos invitan al romance,
la mesa, de tus rosas adornada;
busco tus manos...
las encuentro ausentes.

Y las tibias arenas de la noche,
por el rumor del mar adormecidas,
mi planta solitaria sienten,
una sombra soy
en la inmensidad del mar,
que tu sombra busca inútilmente.


LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Poemas de amor y ausencia”)

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viernes, 17 de agosto de 2012

DON GUILLERMO CANO*

En un país en el que los ciudadanos de bien claudican por cobardía ante criminales y violentos, agigantada se yergue la figura valerosa de don Guillermo Cano.

Bien fundamental es la existencia, pero poco vale sometida a fuerzas que ofenden la razón y los principios.

Inútil fue el triunfo de quienes quisieron acallar su pensamiento: su trágica muerte lo ha engrandecido como paradigma de honestidad y de valor.

Otra sería la suerte de Colombia, si como él, defendiéramos más nuestros principios que la propia vida. Vivir sin dignidad no es más que instinto que ultraja al intelecto.

LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Epistolario periodístico y otros escritos")


* Esta nota escrita hace casi 16 años al conmemorarse 10 años del asesinato del valeroso periodista y publicada en el diario El Espectador el 27 de diciembre de 1996 (pág. 4A) no pierde vigencia, y vuelve a ser de actualidad con la transmisión de la serie televisiva “Escobar, el patrón del mal”, recuerdo de los horrores cometidos por el sanguinario narcotraficante, que hizo a Guillermo Cano, director del Espectador, una de sus víctimas.
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