lunes, 11 de abril de 2011

EL JUCIO AL PRESIDENTE SAMPER*

Han devuelto la tranquilidad al Presidente los más parcializados jueces; pero no han podido por su condición de solidarios simpatizantes, que con él comparten los secretos de una campaña indecorosa, restituirle su perdida imagen.

Los evidentes intereses de los juzgadores opacan la transparencia de su fallo y menoscaban el alcance de su veredicto. Han alejado para el encausado amenazantes efectos jurídicos, pero no han desvanecido del todo la inquietante sospecha sobre la moralidad de su conducta.

Obliga el apego a nuestras leyes al acatamiento de un contradictorio fallo, que demuestra sin embargo, la inconveniencia de convertir en jueces a sagaces dirigentes políticos; error histórico perpetuado por una constitución tan imperfecta como el hombre mismo, reflejo de nobles deseos pero también de oscuros intereses. Cuando alguna vez se modifique, serán las Cortes las que califiquen y juzguen a los altos funcionarios2. Otra sería la credibilidad del fallo si aquéllas hubieran participado en el proceso, más grandeza hubiera tenido para el presidente la absolución en esas condiciones. Por lo pronto sólo él es en su intimidad, el infalible juez de su conducta, porque solamente su conciencia guarda su verdadera responsabilidad en la financiación de la campaña.


LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Epistolario periodístico y otros escritos")

* Publicado en el diario colombiano “El Espectador”, el 12 de agosto de 1996, pág. 4ª. Se refiere al ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña del entonces candidato presidencial Ernesto Samper, que llevó finalmente a un juicio en su contra, en el Congreso, durante el ejercicio de la primera Magistratura de la Nación. Aunque fue precluido el fallo fue motivo de graves suspicacias.
** 2 El juzgamiento de los altos funcionarios por las altas Cortes parece la más acertada de las decisiones, no obstante de entonces a hoy se percibe cierta ‘evolución’ en la majestad de justicia, y se descubre cierta propensión de las Cortes al protagonismo mediático, al fallo político y a la rivalidad con los demás poderes que me hacen dudar de sabiduría del juzgamiento que entonces predicaba.


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