Toc, toc, toc. Los golpes se hicieron más intensos. Tras la orden de seguir la criada abrió la puerta.
-Maestro, otra vez le cogió el sueño por andar hablando con los muertos.
-Ningún “hablando con los muertos”. Estaba poniéndole el punto final a mi relato.
-Maestro, otra vez le cogió el sueño por andar hablando con los muertos.
-Ningún “hablando con los muertos”. Estaba poniéndole el punto final a mi relato.
FIN
Luis María Murillo Sarmiento (Primer relato de "Cuentos críticos y reflexivos")
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