En tu sueño,
plácido y profundo me detengo,
contemplando el soplo prodigioso que te anima,
y veo la réplica perfecta de un hombre en miniatura,
una brizna que mueve los corazones pétreos,
una enorme pequeñez que agita sentimientos tiernos.
Eres la prolongación de mi existencia,
y sin embargo en nada te pareces:
menudo y frágil
contrastas con mi imagen recia;
incontaminado y puro,
distas de mi savia contagiada.
Eres un suspiro sublime
que debiera durar eternamente.
Mas no basta el sentimiento
para que este instante feliz nunca termine:
los años pasarán sin que se paralice el tiempo.
Hoy cuido tu sueño,
embebido, absorto,
imaginando de adulto
tu rostro y tus facciones,
proyectando a tu sino la mejor estrella,
hilvanando tu vida a mi vida
sin barreras de tiempo ni de espacio.
Mañana serás tú
quien me sientas quebradizo y frágil,
pero obsesionado aún con tu ventura.
Y cuando las flores cuides en mi camposanto,
su fragancia exhalará mi aliento,
para que sepas hijo,
que desde el cielo,
por ti sigo velando.
LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Intermezzo poético – Razón y sentimiento")
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2 comentarios:
Bellísimo...el amor perfecto es el amor fraterno en el que está el amor a los hijos. Felicidades. Es un honor leerte y haber paseado por tus blogs...es entretenido pasear por entre pensamientos poéticos y prosa realista...ah!...sobre el tema del aborto me pareció una posición llena de valentía de tu parte, trasmites perfecto lo que piensas.
Un beso fraterno.
Gracias por tus generosos comentarios. Te cuento que he disfrutado tus blogs. Será un placer seguir leyéndote y teniendo noticias tuyas en mi página.
Un abrazo,
Luis María
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