jueves, 12 de junio de 2008

EL ENGAÑOSO SOMETIMIENTO A LA JUSTICIA*

Dando visos de filantropía y bondad a cuantas empresas se acometen en su nombre, en nombre de la paz el país ha llegado temerariamente a negociarlo todo, ante el rechazo de pocos y la insensatez y cobardía de muchos.

Pero ha de ser efímera la paz que se consiga negociando la autoridad y los principios**, porque en concesiones que fomentan el delito no puede ella racionalmente sustentarse, más cuando los delincuentes que nos dicen sometidos mantienen incólume su negocio miserable; mientras sin garantías los ciudadanos probos que defienden la moral, deben hacerlo a costa del sacrificio de su propia vida.

A cambio de lo moralmente deseable, el pragmatismo de hoy en materia de narcotráfico nos muestra tolerantes y rendidos, y nos mostrará mañana, nuevamente, ante la subversión vencidos, de persistir en aturdidos diálogos, poco exigentes, con hordas criminales sin palabra y que al parecer no acatan dirección alguna.

Aunque por desgracia la paz también es populista, instemos al gobierno a edificarla, fundándola en el ejercicio pleno de la autoridad, en el acatamiento a la ley y en el sometimiento real a la justicia. Así consolidada, la paz sí será entonces perdurable.


* Este texto escrito el 29 de octubre de 1991 conserva alguna actualidad en sus apartes. La autoridad que se invocaba por fin encontró en Uribe Vélez el presidente que la materializara; pero a la mano dura, el desmonte de tantas empresas criminales también demandó benevolencia con los malhechores, que será tolerable en la medida en que sea perdurable la paz que así se obtenga.
** La figura del sometimiento a la justicia nacida en la administración del presidente César Gavira Trujillo, fue una cadena de concesiones para que los delincuentes se entregaran. ¿Fue realmente la ley la que se sometió a los delincuentes?


LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Epistolario periodístico y otros escritos")

VOLVER AL ÍNDICE
VER SIGUIENTE ESCRITO

No hay comentarios: