Barrancas de San Nicolás, ¡cuánto has crecido!
Hoy apuntas a tu dombo azul y soleado
con el orgullo de esas construcciones
que hacen sentir a las urbes vanidosas.
Creces con glamur para ser
por siglos primorosa.
Eres historia, y en la patria diste
muchas veces los primeros pasos.
Eres pionera,
pionera como puerto,
pionera en la navegación del Magdalena,
pionero en la conquista de los aires,
primera en el correo surcando el cielo,
primera en la radio comercial,
primera en la construcción de los estadios,
primera por tu zona franca.
De carnaval te vistes en febrero,
otras veces en marzo te engalanas.
Estás alegre siempre, y festiva vives
contagiando tu espíritu feliz
sin ansias trascendentes.
Buscado conocerte
me he dejado llevar por tus caminos.
He recorrido la Olaya Herrera, la Circunvalar,
la 38, la 30, la 53,
la Cordialidad, la Vía 40,
la Murillo y todos tus recodos.
Te he visto en los parques,
en Washington, La Paz, Parrish, Los Fundadores;
en el paseo Bolívar y el parque de Santander
honrando a los padres de la patria;
y al Señor Creador en los altares,
en María Reina, en San Roque,
en San Nicolás y Torcoroma.
De Barranquillita a Buenavista,
de las Flores al Metropolitano,
de norte a sur, del levante al occidente,
dejó que me atraigas,
Barranquilla, irresistiblemente;
que pasees conmigo
por la Aduana, el Malecón,
por Bocas de Cenizas,
y por esa ventana espigada y colorida,
abierta al mundo, que ya te identifica.
Siento, Barranquilla, al despedirme,
el sabor de tus frituras,
me dejas el aliento de la arepa dulce,
del bollo de yuca, del enyucado,
de la butifarra y las carimañolas;
y en el corazón, el sabor de la nostalgia.
Eres Barranquilla la Puerta de Oro,
Curramba Bella, La Arenosa,
pero para mí La Seductora,
seductora por juvenil y vigorosa,
seductora porque en la madurez luces hermosa.
LUIS MARÍA MURILLO SARMIENTO MD.
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