Brilló a mis ojos tu ser
desde el primer instante,
y en tu encanto
mis sentidos se perdieron.
Y refulgió la dulzura en tu mirada
y doblegó mi corazón...
sin esperanzas.
Tomó entonces la placidez tu nombre
y tu imagen dominó mis sueños,
y mía creí esa onírica ilusión,
y el encendido rubí de tu sonrisa,
y el brillante azabache de tu pelo,
y la ternura que en tu ser irradia
el fino tejido de tu alma.
Embriagó tu existencia mi existencia,
y mis penumbras,
a tu luz desvanecieron,
y exhaló cada suspiro
un nombre amado:
Marthica,
constante evocación
de un dulce pensamiento.
¡Oh ilusión fugaz por la realidad estremecida!
¡Oh parpadear del amor,
que en un instante se graba para siempre!
¡Oh anhelo imposible,
que busca consuelo en tu mirada!
LUIS MARIA MURILLO SARMIENTO ("Poemas de amor y ausencia”)
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sábado, 9 de febrero de 2008
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